Es que si buscamos en los libros de historia del fútbol, jamás pasará desapercibida la fecha del 20 de octubre de 1976. A diez días de cumplir dieciséis, debutó en la Primera División de Argentinos Juniors, un tal Diego Maradona.

En la tarde de su debut, se enfrentaron Argentinos y Talleres en la antigua cancha de madera de Boyacá y Juan Agustín García. El acontecimiento generó algunos mitos. Uno de los más resonantes es que miles de hinchas de diferentes equipos acusan haber asistido y la verdadera historia no dice lo mismo. La capacidad del estadio no se acerca ni por asomo a los incontables.

La expectativa en La Paternal estaba a flor de piel, Diego ya era conocido por la habilidad que atesoraba, hacía jueguitos en los entretiempos. En su espalda ya cargaba con algunos reportajes, como el más famoso en su infancia, realizado en el Polideportivo Las Malvinas donde esboza: “Mi sueño es salir campeón con octava”, o la frase de Hugo Maradona: “Mi hermano es un marciano”.

Esa tarde, “Pelusa” ingresó para jugar el segundo tiempo con el dorsal 16 en reemplazo Rubén Giacobetti, (que había perdido la marca en el 1-0 final) al que no le gustó para nada salir. Sobre la hora del partido, su padre, Don Diego, había llegado para ver a su hijo. luego de una extensa jornada laboral. 

Al pasar los años se ha convertido en una leyenda de tal magnitud que es, fue y será el ídolo de muchos futboleros alrededor del mundo. Así como dejó una marca en el corazón de los argentinos, y mucho más en La Paternal, arrojó unas cifras magníficas. Vistió la camiseta del Bicho desde el 76 al 80, disputó 166 partidos y se convirtió en el máximo goleador de la historia en el club, con 116 tantos.

Y como dijo el Diego una vez...“el mejor Maradona fue el de Argentinos Juniors”.

@CrisChescotta