No se puede negar que el equipo de Sarandí tuvo un arranque ideal, marcando el primer gol a tan solo 6 minutos de comenzado el encuentro, aprovechando a un dueño de casa dormido y flojo en todas las líneas. El panorama continuo igual y los de Humberto Grondona aumentaron el marcador a los 17, totalmente merecido porque enfrente la oposición estaba con las luces apagadas. En menos de media hora de juego se estaba viendo la peor cara del elenco de La Paternal en lo que iba de Torneo. El juego mostraba jugadores imprecisos y desconcentrados, sobre todo en el mediocampo, donde era más evidente ya que la principal arma es la generación de juego. Sin embargo, para fortuna de los de Alfredo Berti, la pelota parada fue el mejor amigo que tuvieron en toda la noche y mediante esa vía llegaron los dos tantos para empatar antes de que finalice el primer tiempo. Para remarcar un gran acierto del entrenador en esta etapa inicial, la igualdad la consiguió Damián Batallini, quien ingresó por el lesionado Nicolás González.

En la segunda parte el "Bicho" salió con otra mentalidad, directamente a buscar el triunfo y así lo demostró, en apenas instantes, por intermedio de Aléxis Mac Allister que remató desde la medialuna del área y pasó cerca del palo. Sin dudas que la actitud era otra aunque la dinámica nunca dejó de ser la misma porque el resultado estaba para cualquiera. Ambos tenían aproximaciones pero no podían concretar. El temperamento del local fue creciendo y esto fue clave para que pueda asentarse en el terreno. Luego bastó el ingreso de Leonardo Pisculichi para que, de tiro libre, termine definiendo el duelo y haga delirar a todo el Diego Armando Maradona con el cuarto triunfo al hilo en el campeonato. Quizás faltó el fútbol al cual nos habían acostumbrado en la B Nacional y en parte de este regreso a Primera pero lo que no faltó, claramente, fue el empuje y la garra para dejar una vez más los tres puntos en casa.

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