Entrevista exclusiva con Raúl Bobadilla
23 de mayo de 2020
Raúl Bobadilla habló mano a mano con Pasión Paternal y acá repasamos todas las declaraciones que dejó el actual jugador de Guaraní de Paraguay.
Pocos casos hay similares al de Raúl Bobadilla en los últimos años. Podemos mencionar quizás al de Ever Banega en Newell´s después de su paso por el Sevilla, o el de Rodrigo De Paul en su vuelta a Racing en 2015.
Lo cierto es que el delantero nacionalizado paraguayo llegó al “Bicho” en 2018 proveniente del Borussia Mönchengladbach, club que había pagado más de 2 millones de dólares para incorporarlo hacía apenas un año. Muy grande fue la ilusión de la gente por su llegada, pero lo cierto es que su paso por La Paternal dejó mucho que desear:
“Todavía me pregunto qué pasó. Quizás fue la suma de varias circunstancias. Me costó la adaptación, las lesiones también fueron fatales para mí. Cada vez que sentía que podía tomar el envión me lesionaba”.
Habiendo llegado con más de 10 años de fútbol europeo en la espalda, Raúl comparó la forma en que se juega:
“En Europa hay más espacios. Quizás allá yo recibía la pelota y podía maniobrar, girar. Acá los centrales son muy ásperos y apenas recibís tenés cuatro jugadores encima. Los jugadores que pueden parar la pelota y ponerle pausa al juego en el fútbol argentino son excepciones, como Alexis”.
Muy autocrítico, el delantero reconoció:
“Quizás no estaba en mi mejor forma física, pero cada partido yo daba lo mejor de mí. No se me dio, en ningún momento se me abrió el arco y no pude tener confianza”. A su vez, se abrió y contó los problemas emocionales que le producía el mal pasar futbolístico: “Tuve que ir a un psicólogo en un momento. Soy muy sensible y el estrés me afectaba mucho, fue la causa principal de mis desgarros. Mismo en el partido en Tucumán (vs San Martín, 0-0, 23/09/2018), erré el mano a mano en parte por eso. Hoy quizás la hubiera picado o definido de otra forma”.
Con respecto a su relación con los hinchas, aclaró:
“Les agradezco por bancarme y no bancarme a la vez. Los entiendo, se les agotó la paciencia. Lo único que me molestaba era escuchar insultos que le faltaban el respeto a mi familia. No es que no quería dar lo mejor de mí, era doloroso que la gente piense que no me daba igual cómo jugaba, porque era todo lo contrario. Me entristeció mucho no poder haber dado lo que se esperaba de mí”.
Por suerte, hoy el fútbol le sonríe al delantero, que está teniendo un buen presente en Guaraní de Paraguay:
“Decidí hacer el cambio cuando el técnico me dijo que no me iba a tener en cuenta y gracias a Dios me fue bien en Guaraní desde que llegué al club, ya al segundo partido se me abrió el arco”.
A pesar del mal momento futbolístico que pasó, Bobadilla se queda con una imagen positiva del club:
“Le deseo lo mejor al club, le estoy muy agradecido por darme la oportunidad. Malaspina siempre se portó muy bien conmigo. Desde ambas partes hicimos un esfuerzo económico importante para mi llegada y siempre di lo mejor de mí, pero bueno, no se dio, no era el momento”.