El equipo con más victorias, con menos derrotas, con más goles a favor y con menos tantos en contra. Argentinos Juniors arrasó la categoría. Por eso, selló su egreso de la B Nacional con cuatro fechas de anticipación. El gran responsable de esta tremenda campaña, en números y juego desplegado, es Gabriel Heinze, el entrenador de este plantel de brillantes futbolistas, que supieron recuperarse de un durísimo descenso, sufrido en 2016.

El Gringo es especial. Es tan distinto que no quiso tener protagonismo tras el 1-0 ante Gimnasia de Jujuy, que significó el regreso del Bicho a Primera. El crespense optó por intentar pasar desapercibido. Apenas habló para la transmisión televisiva del partido y, como es habitual en él, elogió a sus dirigidos: "Este equipo me llenó demasiado, nunca pensé que podríamos lograr lo que se logró. Fue un año muy duro, los jugadores y la gente se merecían esta alegría".

Luego, en lugar de su habitual conferencia de prensa, Heinze optó por aparecerse con todo su equipo de trabajo. Sin sus colaboradores más cercanos, optó por sumar en la mesa a los médicos, utileros y personal del club que día a día contribuyen desde el anonimato al primer equipo de Argentinos. "Me gustaría que ellos sean los protagonistas porque, sin ellos, yo no conseguía nada", señaló el DT, en su primer logro en su carrera como entrenador.

Sobre el camino recorrido, el Gringo reflexionó: "Me fueron a buscar cuando el club se incendiaba. Los dirigentes pusieron en juego cosas personales cuando pasamos momentos muy jodidos, he visto hasta lágrimas, y eso tiene un gran valor". Con el ascenso garantizado, con tres partidos y una fecha libre por delante, llegará el momento del análisis, de sentarse a negociar la continuidad del técnico que revolucionó al Bicho, dentro y fuera de la cancha.