Faltó profundidad y contundencia
11 de agosto de 2018
Argentinos fue más que su rival, pero así y todo le faltó profundidad y, como si fuese poco, dilapidó las pocas oportunidades claras que creó. Tuvo unos cuantos puntos bajos y terminó pagando caro la desatención que, antes del minuto de partido, Gimnasia canjeó por gol para el 1-0 final.

Aquello que el pasado semestre se acreditaba como una de las máximas virtudes del equipo de Alfredo Berti, su efectividad, de a poco se revela como la debilidad de su nueva versión. Si bien el técnico parece haber logrado mantener el espíritu intensivo e, incluso, haber mejorado en el dominio de la pelota, en los 180 minutos que disputó, Argentinos pecó por su falta de contundencia. Ante Defensa y Justicia, la moneda cayó de su lado, pero hoy, la suerte le fue esquiva y se volvió del viaje a La Plata con las manos vacías.
Pero, en la derrota ante el Lobo, las flaquezas no se limitaron al despilfarro de oportunidades de gol sino también a la dificultad en la elaboración de las mismas. Después de su ráfaga inicial, y ya acomodado en el partido, Gimnasia le entregó la posesión de la pelota a Argentinos, que, salvó en dos oportunidades, nunca le encontró la vuelta a cómo entrarle al Lobo. Por las bandas, los extremos, Junior Benítez y Toledo, estuvieron desacertados en el mano a mano con los laterales y por el medio, le faltó ritmo y precisión al juego.
La lesión de Batallini y el ingreso de Alexis Mac Allister transformaron al Bicho en un equipo más angosto pero con más ritmo y dominio del juego. El flamante número diez, que le mejoró la cara al equipo y, en consecuencia, pide pista, le imprimió otra velocidad y otra profundidad a un mediocampo cansino, por momentos estáticos y con un promedio de edad alto. De hecho, el ingreso de Matías Romero, aún con sus desaciertos en el costado ofensivo, resaltó por su frescura y ritmo.
Tanto Junior Benítez, que completó el partido, como Toledo, que solo sumó unos cuantos minutos, tuvieron un partido por debajo de las expectativas. Una de las claves del equipo de Berti el pasado semestre, fue el juego por las franjas. Hoy, ambos extremos estuvieron bajos de nivel, no gravitaron y no generaron desequilibrio desde su gambeta. Seguramente eso explique la poca cantidad de pelotas que le llegaron a Bobadilla en la zona de fuego. El robusto centrodelantero, por su parte, cumplió con su deber con creces. Luchó con los centrales, bajó pelotas, pivoteó y fue referencia en el área, pero Martín Arias le negó el festejo en la única que le quedó boyando. El Bicho tuvo el empate en ésta de Bobadilla y otra clarísima y bien elaborada de Romero en el complemento.
Todavía queda muchísimo por delante. De hecho, esto recién empieza, pero siempre es sano encontrar qué pulir. Seguramente el equipo se sienta más cómodo en la localía y las dimensiones que ofrece el estadio Diego Armando Maradona, pero mientras tanto, la injusta derrota de hoy debe servir para corregir.