Freno de mano, el que aplicó Cristian Ledesma en las últimas horas. El capitán había decidido continuar, al menos, un semestre más. Quizás hubiese sido por toda la temporada en la B Nacional. Sin embargo, el Lobo optó por darle punto final a su carrera como jugador. La que lo convirtió en ídolo de Argentinos Juniors, campeón con River y San Lorenzo, y lo llevó a jugar a Alemania (Hamburgo), México (Monterrey) y Grecia (Olympiakos).

147 partidos y 4 goles registró Ledesma en sus tres etapas en el club. La primera, con su debut en 1997 hasta 1999, cuando se marchó a River. Retornó en 2006 para iniciar su segundo ciclo, con la meta de salvar al Bicho del descenso y, de hecho, marcó un gol clave de penal -su último con esta camiseta- en la promoción con Huracán. A fin de año, partiría hacia San Lorenzo. La tercera y última etapa del Lobo arrancó en 2014, con Claudio Borghi en el banco, y su viejo amigo Juan Román Riquelme como compañero, al igual que en inferiores. Argentinos logró el ascenso y el Lobo se quedó casi como único estandarte del plantel, que penó año y medio en Primera División.

La decisión de retirarse ya venía siendo contemplada hace casi dos años por el jugador. De hecho, su contrato estipulaba una claúsula de salida cada seis meses. El último semestre no había sido el mejor respecto al físico del jugador, quien tuvo varias lesiones de las cuales no respetó el tiempo adecuado de recuperación, debido a los compromisos del primer equipo. El Lobo se exigió más de una vez para jugar, para no faltar en la cancha. Son gestos que el hincha valora y no olvidará. Hasta siempre, Lobo.