El aspecto defensivo del Bicho fue uno de los puntos flacos en el torneo, sobre todo en los cinco partidos iniciales con Mayor como entrenador, cuando al equipo le generaban muchísimas situaciones y fue goleado en más de una oportunidad. Sin margen para empeorar, con la llegada de Sanzotti se afirmó la línea de fondo aunque la evaluación final resultó negativa con el dato de 29 goles recibidos en 16 fechas.

De menos a más, así fue el nivel de la defensa de Argentinos a lo largo del semestre. Si bien en ningún momento alcanzó una actuación superlativa, tras la asunción de Raúl Sanzotti hubo mejoras. Claramente se notó la falta de un lateral derecho y algunos rendimientos individuales estuvieron muy por lo bajo de lo esperado, como Matías Martínez o Miguel Torrén en el comienzo del campeonato.

Ya en la pretemporada había falencias, por eso se dio la llegada del Chaco, que nunca pudo ser el buen central que fue en su momento. La idea en principio era que Torrén fuera el cuatro pero no se dio y se improvisó con Batallini, Kevin Mac Allister y Joaquín Laso, que finalmente fue el que más se adaptó al puesto. También empezó como lateral izquierdo Guillermo Benítez, que parecía ser el indicado y tampoco cumplió con las expectativas.

Sin encontrar la base, el elenco de La Paternal recibió 16 goles en los primeros cinco encuentros. Entonces se dio el cambio de DT, que afirmó y rearmó la defensa con Laso, Torrén, Matricardi y Piovi, la que jugó lo que restó del torneo y logró cinco vallas invictas, con la modificación de Nico Freire por Patricio Matricardi, que debió ser operado a falta de cinco jornadas.

Como balance positivo quedó la aparición de Gonzalo Piovi, el alza y recuperación de rendimiento de Matricardi, Torrén y Freire, aunque claramente la conclusión final fue mala. Así también lo marcan las estadísticas: cinco goleadas humillantes recibidas y 29 goles en contra.

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