La pelota siempre al diez
11 de diciembre de 2018
En la derrota frente a Aldosivi, Argentinos renunció a su mejor futbolista, desplazándolo de su posición natural y recluyéndolo a la franja. Con Alexis Mac Allister en el medio, el Bicho tuvo su mejor pasar y mereció ganarlo, pero duró poco tiempo y el partido terminó por escapársele.

Volcado sobre la izquierda, pegado a la franja y lejos de la zona de elaboración. Argentinos ayer malgastó al mayor de sus talentos, desplazándolo de su posición natural y donde mayor influencia puede ejercer. Ante la falta de material (causada por lesiones), Sanzotti optó por salir, desde el arranque, con Méndez y Mac Allister por las bandas y Romero por el medio.
El hecho de tener tantos jugadores fuera de su posición natural a partir de mitad de cancha en seguida se reflejó en una falta de fluidez en el juego. Alexis se tenía que cerrar a pedirla, porque nadie podía hacerse cargo como él, pero entonces nadie quedaba como opción por la izquierda. Méndez, del mismo modo, nunca desbordó y siempre buscó asociarse por pasillos internos, donde se siente más cómodo. Entonces, Argentinos perdió amplitud y el juego comenzó a hacerse engorroso y favorable para Aldosivi.
Con el pasar de los minutos, y únicamente luego de la lesión de Ilarregui, el Bicho se reacomodó en el campo. Méndez seguía sobre la raya, pero Mac Allister permutó la posición con Romero, que se fue a la banda, y quedó a cargo del mediocampo. Todo cambió. Argentinos tuvo sus mejores minutos, en los cuales comenzó a justificar que, no sólo merecía empatarlo, sino también ganarlo. Por primera vez, Bojanich, Torrén y Montero encontraban un pase confiable en la salida, un jugador que conectara el tren trasero con el delantero. Sea desequilibrando con gambeta, probando de media distancia o simplemente moviéndola de lado a lado, Alexis empezó a imprimirle un buen ritmo al ataque de Argentinos.
Romero, por otro lado, se convirtió, sobre la franja derecha, en una de las armas más peligrosas a partir de su constante desborde y centro. Argentinos parecía haber puesto la heladera en la cocina y el inodoro en el baño. Con esta impronta, llegó al empate y, luego de la expulsión, empezó a asediar al Tiburón. Pero, una vez más, Sanzotti fallaba al correr a Alexis del eje central. Con el ingreso de Pisculichi por Méndez, 14’ después de la expulsión, Mac Allister tuvo que volver a recluirse sobre la izquierda. Piscu no pudo continuar con el ritmo ni el dominio de pelota que venía desplegando el 10, que estaba entonces lejos del área de creación, y Argentinos cayó en un pozo futbolístico que duró hasta el pitido final.
Limitado por las -eternas- lesiones, Sanzotti se vio obligado a mover piezas y forzar a jugadores a nuevas posiciones. Pero una cosa quedó clara tras la derrota frente a Aldosivi: el 10 no puede salir del medio de la cancha. Ese es su lugar y a partir de allí debe manejar los hilos del equipo. La pelota siempre al diez, pero el diez, siempre por donde pasa la pelota.