Los pibes respondieron
13 de marzo de 2016
Argentinos demostró una remontada que tuvo más que ver con lo actitudinal que con lo futbolístico, y mucho de esto es proporcional a la cantidad de canteranos -incluso debutantes- que volcó Sanzotti en cancha. Una vez más, los productos del Semillero del Mundo dijeron presente.

Como ya ha ocurrido en otra situaciones difíciles (por ejemplo con Caruso en 2013 ante Estudiantes de la Plata), la juventud llegó para intentar sacar a flote a un Argentinos Juniors golpeado y en caída libre. Y si bien un punto no parece ayudar demasiado, las circunstancias en que se logró le otorgan un valor extra. Pero aún más importante fue el cambio actitudinal que se reflejó en cancha, más allá del futbolístico y el cero en portería. Como aclaró Insúa en sus declaraciones: "Rolón se comió la cancha", frase también aplicable a Damián Batallini, el perro de presa de Sanzotti.
Por otro lado, aún sin Matías Martínez y con la expulsión de Pato Matricardi, Argentinos logró mantener el arco en cero y mostró cierta mejora en defensa -lejos de la solidez- en comparación a los anteriores compromisos. Piovi, Mosevich y Mac Allister, sin mucha trayectoria en la máxima división del fútbol argentino contribuyeron formidablemente a la "no derrota" de Argentinos, algo que necesitaba desesperadamente el Bicho; parar de perder -y por goleada-.
Con tres debutantes y siete jóvenes nacidos en las inferiores del club en cancha, Sanzotti sorprendió a más de uno en la previa de lo que fue Argentinos 0-0 Temperley, quizás para algunos poco satisfactorio. Pero ciertamente Argentinos mostró una mejora anímica, un vigor juvenil casi olvidado e inclusive una mejoría futbolística. Y de no haber sido por el error arbitral de Argarañaz, podría haberse llevado tres puntos del sur.