Pasión Paternal

Entrevista exclusiva con Cristian "Lobo" Ledesma


09 de mayo de 2020

Francisco Gazzaniga - @FranGazza

Cristian “Lobo” Ledesma, ex jugador de Argentinos, RIver, entre otros, dialogó con Pasión Paternal mediante “Instagram Live”. A continuación repasamos las declaraciones más importantes.

Otro de los frutos de lujo que dio la cantera de Argentinos Juniors. Sin dudas, al pensar en las máximas figuras surgidas del club, un nombre que viene a la mente es el de Cristian Ledesma. 20 años de carrera, más de 10 títulos y 3 etapas en el club que lo vio nacer.

 

El “Lobo” repasó sus inicios en el fútbol y su llegada al Bicho:

Cuando jugaba al baby en Atlético Boulogne, un empleado del club le preguntó a mi papá si me quería probar en Argentinos. Me había probado en Platense antes, pero en ese momento el club buscaba jugadores más fuertes físicamente y no quedé. Así que fui a probarme a  Argentinos y a River. Opté por el Bicho porque el entrenador de River me lo recomendó. Aunque había quedado, me dijo que me iba a ser mucho más difícil llegar a primera”.

Con respecto a los jugadores con quienes compartió época en las juveniles del club, contó: “Era un placer jugar en esa división. En quinta teníamos a Nico Cambiasso, Herrón, Román, el Cuchu Cambiasso, La Paglia, Lucas Gatti. Teníamos un gran equipo, los entrenamientos eran increíbles, realmente se disfrutaba mucho. Abundaba el buen pie”.

 

A su vez, destacó la labor de entrenadores en esa etapa, como Oscar Refojos (fallecido el 04/12/2014):

Dio el visto bueno para que quede en el club. Me recibió, fue también el que identificó que yo tenía algo para pulir y formarme como jugador. Tampoco me voy a olvidar nunca de "Cacho" Cadars (fallecido el 21/08/2018), que en cuarta me aseguró que iba a llegar a Primera y que iba a vivir del fútbol. Me tranquilizó mucho”.

 

El 1 de octubre de 1997 llegaría su debut. Fue titular en la victoria por 1-0 frente a Vélez en el estadio José Amalfitani:

Zermattén, el 5 titular, había sido expulsado. Me mandaron a entrenar con la Primera y le dije al Chiche Sosa que jugaba de volante central, aunque nunca había jugado ahí, siempre de 8. La realidad es que me quería quedar ahí. Esa semana entrené como volante central, me sentí cómodo y debuté nomás de 5 con Vélez en su cancha. Creo que los nervios me jugaron una mala pasada ese partido, con la pelota me sentía bien pero estaba pasado de revoluciones a la hora de marcar. Castrilli me pudo haber echado en el primer tiempo, me perdonó la vida, pero después en el segundo le pegué al Lobo Cordone y me tuvo que echar. Jugué bastante bien pese a la expulsión y por suerte pudimos ganar aquel día”.

 

Luego de asentarse en el equipo de La Paternal, le llegó la propuesta de River:

 “Tenía 20 años, era increíble que un gigante como River se fije en mí. Es inexplicable lo que uno siente en ese momento. Cuando llegué me tocó aprender mucho de Astrada, que tenía mucha experiencia y era una referencia en el club. En esa época, los más chicos mirábamos a los grandes como inalcanzables, con un respeto muy grande. Ramón me daba muchísima confianza también, absorbía toda la presión. Disfruté mucho de jugar con ese equipo, con Ortega, Coudet. Volví a compartir plantel con el Cuchu Cambiasso, formamos una buena dupla en el mediocampo”.

 

En 2002, el Hamburgo le dio su primera oportunidad en Europa:

Llegar a Europa con 23 años fue un gran salto. Estuve un año nada más. Creo que me apresuré mucho en irme, no aguantaba las ganas de jugar con más regularidad y eso me jugó en contra. No respeté mi tiempo de adaptación, en esa época el fútbol alemán era muy distinto a lo que venía acostumbrado, se jugaba mucho balón directo y no me la daban tanto al pie”.

 

Del Hamburgo viajó a Norteamérica para ponerse la camiseta de Monterrey:

Daniel Passarella me llamó para ir a México e insistí para que me presten por un año. Si bien no pudimos pelear nada a nivel club, fue una experiencia muy linda. Es un fútbol muy dinámico que me gustó mucho, aprendí tácticamente allá”.

 

De allí, volvió a la Argentina para jugar en Colón y recaló en otro club grande, Racing:

Fue una etapa dura, no pude jugar mucho en los 6 meses que estuve. Jugaban el Cholo Simeone y el Chaco Torres, a mí me tocaba luchaba con Villarreal por ir al banco. Me quedé con ganas de más, me sentía bien pero no tuve muchas oportunidades”.

 

Pero no tener esa continuidad en Racing llevó a que, en 2006, vuelva al club que lo vio nacer:

 “Argentinos me abrió las puertas cuando necesitaba continuidad. Estaba Gregorio Pérez, un gran tipo. Nos tocó jugar la promoción con Huracán y por suerte pudimos no descender. Pelear el descenso es muy feo, una presión que ni se compara con la que se siente al pelear un título. Y cuando uno le tiene cariño al club, esa presión se duplica. Por suerte pude hacer el gol en los dos partidos de la promoción y dejar al Bicho en Primera”.

 

El buen pasar que tuvo durante el torneo lo llevó a cumplir un sueño: jugar con la camiseta de San Lorenzo, club del cual es hincha:

Ramón insistió mucho para llevarme a San Lorenzo. Soy muy cercano a él, es una persona que me dio muchísimo, fue el que más jugo me sacó, me hacía sentir cómodo siempre. Salir campeón ese torneo fue un privilegio, es difícil de explicar. Iba a ver a San Lorenzo en el 95´y después me tocó salir campeón adentro de la cancha. Fue uno de los gustos que me pude dar en el fútbol”.

 

A su vez, su gran rendimiento provocó el llamado de Alfio Basile a la Selección Argentina: “Estaba en un buen momento y me llevó el Coco a la selección a cumplir mi gran sueño, llegar a lo más alto a lo que puede llegar un futbolista argentino. Fue algo inolvidable, entrenar en el predio y usar esa ropa te hace sentir un privilegiado”.

 

Pero no fue todo. Al llamado de la Selección le siguió rápidamente la chance de volver a Europa:

A los 28 años llegué al club más grande de Grecia, el Olympiacos.Me encantó jugar allá, fue increíble. El griego es parecido a nosotros, la sociedad es muy parecida. Tienen una riqueza en paisajes e historia tremendas, fue un tiempo de mucho crecimiento personal. El fútbol es muy pasional, las hinchadas son intensas como las argentinas. Y tuve la posibilidad de jugar la Champions, que fue una experiencia muy linda, con sus estadios y una organización tremendas. Me tocó jugar cuando quedamos eliminados en una edición contra el Chelsea y otra contra el Real Madrid. Fue un privilegio jugar contra jugadores de la talla de Makelele, Drogba, Lampard. El que más me impresionó fue Guti,  que filtraba pases casi imposibles de ver”.

 

Después de su experiencia en el club griego, al que volvería en 2010, le tocó volver a San Lorenzo, en el torneo que terminaría con un triangular entre Tigre, Boca y el “Cuervo”: “Habíamos hecho una gran primera parte del torneo, tuvimos un bache y terminamos jugando el triangular con Boca y Tigre. Nos jugó en contra el tema organizativo, jugamos con muy poco descanso contra Boca después de ganarle a Tigre. La verdad es que nos quedó un sabor amargo, se debería haber definido el torneo de otra manera. En otras circunstancias podríamos haberlo terminado mejor”.

 

El “Lobo” retornó a Grecia donde se desempeñó dos años antes de volver a Colón, lugar en el que se sentía cómodo. Sin embargo, el llamado de River irrumpió:

Fue mi tercera etapa en River. Sentía que estaba en un momento históricamente complicado y cuando me llamaron me encantó el desafío, más allá de que estaba cómodo en Santa Fe. Jugar el Nacional B fue muy difícil, pero todo lo que siguió al ascenso fue fantástico, no me arrepiento de haber vuelto. El grupo era muy bueno, muy comprometido. Muchos habíamos vuelto para lograr el ascenso y teníamos claro que había que ayudar desde el lugar que le tocaba a cada uno”.

 

También se refirió al Torneo Final de 2014, que River conquistó bajo el mando de Ramón Díaz:  “El campeonato del final fue completamente soñado. Dios quiso que yo pueda hacer mi primer gol oficial con River en mi último partido (en el 5-0 vs Quilmes), saliendo campeón, en el Monumental. Fue la mejor manera de cerrar un ciclo de siete años. Al marcar el gol me emocioné, lo tomé como un regalo. Soy un agradecido a River, un club que me dio muchísimo y me hizo crecer como persona”.

 

Luego de River, daría su último paso como profesional. En julio de 2014, el “Lobo” firmó contrato con un Argentinos Juniors recién descendido:

El corazón me hizo no renovar con River. Le agradecí a Enzo, pero quería volver a Argentinos. El “Bichi” me había llamado y se terminó armando algo lindo. Fue un gusto volver a un club con gente que quiero mucho, disfruté el día a día. Me reencontré con Román y fue muy lindo, me encontré con la misma persona que la que era cuando éramos chicos. Los mates en el vestuario, los entrenamientos, los partidos, todo se disfrutó. Me pone contento que él esté hoy donde tiene que estar. El torneo resultó muy complicado a pesar de que ascendían 5 de 10. Cada uno de los rivales se tomaba jugar con nosotros como una final”.

 

Finalmente, luego de conseguir el ascenso pero, en 2017, sufrir el descenso nuevamente a la B Nacional, Ledesma decidió retirarse: “Estaba cansado luego del descenso y elegí irme dejando una buena imagen futbolística, no quería verme obligado a retirarme porque no me daba el nivel. Podría haber seguido jugando pero creo que tomé la decisión correcta”.

 

El “Lobo” contó que dos de sus hijos (Ignacio y Santiago) entrenan hoy en el club y reflexionó acerca del estado de las juveniles:

Antes teníamos la sede, pero no un lugar para entrenar. Lo hacíamos en Palermo o en alguna plaza. Me pone contento que ahora el club esté creciendo constantemente y los chicos tengan un lugar propio, ropa, utileros y demás. Voy al CEEFA mucho por mis hijos, que entrenan en el club. Tengo una buena relación con el presidente y se lo dije, es un buen puntapié inicial para crecer. Hoy los juveniles pueden disfrutar lo que yo no pude”.

Compartir esta nota en