En condiciones normales el partido, con trámite y resultado final, hubiese estado bien. Ir a la cancha de Racing, comenzar abajo, darlo vuelta y terminar empatándolo con uno menos (que el rival), supone ser un buen punto más allá de si las rojas estuvieron bien o mal, o si Argentinos erró pocos o muchos goles. Lo que pasa es que estar último en una tabla de 30 promedios no es una condición normal. Que hayan pasado seis meses de la última vez que Argentinos ganó no es una situación normal y estar cinco partidos sin siquiera meter un gol, mucho menos. Entonces hoy el Bicho juega obligado a ganar en cada partido, sea ante Deportivo Paternal, Racing o el Barcelona.

De poco sirve hoy el premio consuelo de sumar un punto, sabiendo que estás dos abajo. De poco sirve saber que lo podrías haber ganado, sabiendo que vos solito le diste vida al rival pecando de inexperto en las expulsiones y a la hora de manejar el partido y el equipo desde el banco. Quizás, y ojalá así sea, a fin de torneo este punto valga mucho, pero hoy la sensación es la bronca de ver cómo se estuvo tan cerca y otra vez nada.

En el comienzo todo parecía complicado como venía sucediendo en los últimos partidos. Encima otra vez mal parada la defensa y a sacar del medio. Pero esta vez fue diferente. Un rebote a favor y el empate del jugador en el cual están puestas las esperanzas ofensivas del equipo. Ni Cabral, ni Insua, ni Rinaldi... Hoy Braian Romero es el hombre más desequilibrante y el único que parece que puede hacer algo diferente con la pelota en los pies. Y se animó Argentinos y presionó y robó, y el tiro de Batallini despertó la esperanza en Paternal.

Lo pudo haber liquidado en el inicio del segundo tiempo, pero Zelaya volvió a fallar donde no debe y después, a aguantar. Las expulsiones, los no cambios de Sanzotti y el equipo se fue quedando. Obvio que se iba a ir quedando. Con 11, con 10 o con 9. La cosa pedía a gritos aire fresco, piernas nuevas. Vaya a saber uno qué pasaba por la cabeza del entrenador en todo ese tiempo. Pero Argentinos, que estaba para ganarlo, terminó firmando el empate de una manera horrible sin un hombre más allá de un cuarto de cancha, tirando la pelota para adelante y esperando que se demore lo máximo posible en volver. Y la verdad que el 2-2 terminó siendo justo.

Todo lo malo que se hizo en Avellaneda hizo que las cosas buenas no sirvieran. Argentinos quedó último en la tabla del promedio y no quedan muchas vidas. Para colmo, el fixture será muy exigente. Para quedarse en Primera, los partidos que queden tienen que ser perfectos. ¡Dale Bicho!