Cuando la parte ofensiva no está aceitada y la línea defensiva sufre ante cada ataque rival, la estructura pende de un hilo. Eso viene pasando con Argentinos hace cuatro partidos. Ni Álvarez, ni Matricardi, ni Freire, ni Garré, por nombrar a la defensa que jugó hoy, pudo estar sólida ante un rival que atacó poco y carecía de recursos. Además, Cristian Ledesma y Gaspar Iñíguez atraviesan un momento crítico en cuanto a su rendimiento. Les cuesta resolver rápido, no tienen verticalidad y lo mejor que saben hacer, tocar y distribuir, lo hacen poco y mal.

Asimismo, los que no son habituales titulares tampoco aprovechan la oportunidad que les da “Pipo”. Matías Giménez volvió a tener un partido para el olvido por el sector izquierdo. Castillejos tampoco hizo pie en la cancha y cuando tuvo una chance de gol, definió mal y desviado. El caso de Rodríguez de fue de mayor a menor. Arrancó movedizo, jugando bien de espaldas, pero su nivel decayó y terminó saliendo en el segundo tiempo.

Cabral, Rinaldi y Franzoia no pudieron torcer el rumbo de partido y también dejaron mucho que desear a lo que se esperaba de ellos. Gorosito entró en una encrucijada ya que ningún jugador le responde como él espera, mas allá de que sigue apostando por algunos que no están a la altura de la situación. No hay tiempo para lamentos. En cuatro días hay una final en Sarandí con Arsenal y Argentinos deberá ganar como sea.