Pasión Paternal

No nos salva nadie


25 de noviembre de 2018

Pablo Cabrales - @pablitocabrales

Argentinos cayó 2-0 de local ante Talleres y de a poco va cerrando un semestre para el olvido. Junior Arias abrió la cuenta a los diez minutos y Gonzalo Maroni liquidó el asunto en el complemento. Los muchachos ahora dirigidos por Raúl Sanzotti, tuvieron situaciones pero el arco está cerrado. No obstante, para nada son víctimas de la situación: el "Bicho" es un equipo previsible, débil físicamente y poco preparado. Duele decirlo, pero la B Nacional se aproxima a pasos agigantados si no logramos dar un volantazo abrupto.

Es agotador escribir siempre lo mismo semana tras semana. Porque me doy cuenta que no hay pasos hacia adelante. Todos son para atrás. La situación de Argentinos es delicada. Un caso terminal. Un equipo (sigo sosteniendo, el peor de la historia) con pocas luces, físicamente arruinado, con baches por todos lados. Y ahora claro, sin DT. Todos agradecemos el valor con que Sanzotti toma las riendas, pero está a la vista que no puede dirigir la Primera de Argentinos Juniors. Como tampoco podría hacerlo yo o ustedes que están leyendo. Se necesita alguien con fundamentos que tome decisiones drásticas con el equipo. DRÁSTICAS. Ya poco importa si mantiene la línea histórica. Porque si me hace falta traer un entrenador que plante un 4-4-2, y se vea al equipo más seguro de sí mismo, firmo ya. El tema es que nadie quiere venir. Nadie. 

Honestamente, hablar del partido me genera malestar. Solo podemos decir que, a diferencia de otros, logramos tener cuatro o cinco chances de gol claras. No por ser una luz, sino porque Talleres, que es un gran equipo, no tuvo su mejor noche, pero imaginen que con eso basta para ganarle a un rival como Argentinos.

A los diez minutos Junior Arias puso en ventaja a la "T" tras un descuido de la defensa de Argentinos por el sector izquierdo. Luego de ese golpe, nos costó mucho levantarnos. Aún así algo generamos, pero tampoco estamos ligando. Ni siquiera decir, bueno, empatamos 1-1 y volvimos a sumar. No. Nada. Es perder, perder y perder. 

En la segunda mitad, ni bien comenzó, una floja respuesta de Cháves tras un centro rastrero por derecha originó un rebote y que aparezca el botín derecho de Gonzalo Maroni. Ya con el 2-0, era un juego irremontable y solo había que esperar a que pasen los minutos.

La gente de Argentinos se siente confundida. No sabe con exactitud quién es el verdadero responsable. Los jugadores que juegan, los dirigentes que toman las decisiones sobre el fútbol profesional, si fue Berti o si fue Carboni. Creo yo, en menor o mayor medida, todos son culpables de matar a Argentinos Juniors. Y lo sentencio a muerte porque está como en esos comas profundos que aunque no lo quieras desconectar por amor, sabes que no se va a despertar. Pero bueno, los milagros existen.

Nueve puntos por jugar. Nueve. Elementales para por lo menos no terminar en zona de descenso. Y a partir de enero, no equivocarse más. Porque no tenes márgen. Siento mucha tristeza, desilusión y hasta a veces siento traición por parte de la gente que confié. No obstante, mi único refugio es mirar el escudo, mirar la historia o los colores. En ellos me amparo. Sé que nunca me van a dejar a gamba. Por eso, Bicho, a tu lado siempre. En las buenas y en las malas mucho más.

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