La faltaba eso. Porque tenía muchas virtudes que le hicieron ganar la titularidad, pero de goles vive el delantero y Lautaro Rinaldi estaba en deuda en el comienzo del 2015. Las credenciales ya las había mostrado en el semestre pasado, siendo el goleador del equipo. Pero en Primera el casillero estaba en blanco. Es cierto que no había arrancado el torneo como titular, pero en su quinto partido siendo parte del once inicial, ya se empezaba a sentir la necesidad de destaparse en la red.

Y el primer grito en primera llegó con una faceta en la que, quizás, no es la que más expone el rubio delantero a la hora de jugar. Pasada la media hora de juego y ante la adversidad de estar abajo en el marcador, metió un gol de goleador, empujándola trasa asistencia de Gallego, que lo dejó en soledad con el arco a su merced. Fundamental el empate rápido para que los nervios no empezaran a ganar protagonismo tras el tanto de Chicago.

Sin ser un constante participante del juego ofensivo tuvo quizás el partido en el que mayor cantidad de situaciones de gol tuvo. Porque en la primera etapa se las arregló para sacar un potente remate que controló bien el arquero visitante y en el complemento tuvo -sacando el cabezazo de Lenis- las dos mas claras, pero la falto apenas un poco más de precisión para darle el triunfo al Bicho.

En esta competencia por ser el centrodelantero, Rinaldi ganó hoy un poco mas de crédito, pero que deberá seguir renovando partido a partido. Ojalá, por su bien y el del Bicho, el de Chicago haya sido el primero de muchos gritos.

Foto: Estudio William Barbosa