Comienza el segundo tiempo en Paraná. El marcador todavía permanecía en cero, y el recuerdo del primer tiempo estaba fresco: buen comienzo de Argentinos, pero gran capacidad de Atlético para anular al Bicho y crear chances. El último de la tabla lo complicaba al primero. Para colmo de males, luego de exactos 15 minutos de reintentar establecer el dominio sobre el rival, Esteban Rolón es expulsado. El "líbero por delante o por detrás", como le gusta definirlo a Gabriel Heinze, no es alguien más en este equipo: es el jugador que más habla con el DT durante el partido. El técnico dentro de la cancha.

Media hora con un jugador menos, y en un partido empatado, por resolverse. La adversidad se presenta. Ante esto, la Gringoneta no se achicó. Mostró carácter y, como al igual que el resto del partido, cuotas de fútbol. Así fue como, a los tres minutos de expulsado Rolón, llegó el gol del triunfo: un pase filtrado para Braian Romero que, a diferencia de una jugada similar que tuvo en el primer tiempo, centró al ras para Nicolás González. El talento de Escobar, titular en Paraná al igual que ante Villa Dálmine y Douglas Haig, la paró, eludió al veterano Pablo Migliore y definió con clase, en dos tiempos.

Los esfuerzos se multiplicaron ante el escollo de jugar con diez. Primero en ataque, y tras el gol, lógicamente, en defensa. Para evitar que le arrebatasen triunfo, el Gringo ejecutó un reordenamiento necesario, debido al hombre de menos. Por eso, se dieron los ingresos de Joaquín Laso y Gastón Machín, para quedar con tres en el fondo, cuatro volantes que ocupen todo el ancho de cancha, y dos puntas para contragolpear luego de recuperar la pelota. Por último, entró Miguel Torrén, para terminar poblar la zona defensiva con más gente que el rival. Así, selló la cuarta victoria al hilo y se mantuvo la distancia matemática con los perseguidores.