La tarde en La Paternal asomaba con un cielo nublado y lluvioso. Muy parecido al presente actual de Argentinos Juniors, que en todo lo que va del campeonato acumula nueve puntos, con solo una victoria en quince presentaciones. El margen cada vez era más chico, y por si fuera poco, enfrentabas al mejor equipo de la Zona 2. O para muchos, del país. Lanús llegaba a La Paternal con la intención de quedarse con la victoria, así lo afirmó Jorge Almirón, días previos al choque. Por el lado de Argentinos, Raúl Sanzotti apostó por la vuelta de Camilo Vargas al arco en lugar de Federico Lanzillotta, como novedad saliente.
El partido comenzó parejo, aunque por momentos se notaba la diferencia entre un equipo trabajado, con una idea fija, y del otro, un conjunto casi sin experiencia, diezmado por lesiones físicas, y nervioso por tener que obtener una victoria de forma obligatoria.
Las escasas chances de Argentinos en la primera mitad solo fueron por empujes de Damián Batallini, y alguna que otra maña de Carlos Bueno, quien más tarde se transformaría en una pieza clave de la historia. Por el lado del "Granate", Pablo Mouche y Junior Benítez no podían inquietar por las puntas, y solo algún que otro centro a José Sand, puso en peligro al "Bicho". Pero no más que eso.
En el complemento Sanzotti decidió continuar con los mismos once, pero poco le duraría esa postura. Un centro sencillo de Maxi Velázquez tras una subida por la izquierda, más la complicidad de Camilo Vargas que intentó detener el balón con los puños y terminó metiendo la pelota en la red, hizo que Lanús se ponga en ventaja en apenas dos minutos del segundo tiempo. Inmediatamente, Nahuel Rodríguez ingresó por Juan Manuel Cobo, quien tuvo un flojísimo partido. Asimismo, llegaban novedades desde Temperley: Marcos Figueroa abría la cuenta para el "Gasolero", y con ese resultado, más el empate parcial de Sarmiento con Tigre, Argentinos estaba descendiendo de categoría.
Aun sin respuesta futbolística, llegó la hora de Emilio Zelaya en lugar de Federico Insúa, de discreto juego. El "Cachi", al minuto de su entrada, cometió una falta en ataque que no fue cobrada por Federico Beligoy, y de esa misma jugada, que derivó en un corner, llegó el desahogo de la tarde. Un cabezazo seco de Bueno tras un centro pasado de Rodríguez, venció a Fernando Monetti y puso pardas en el Maradona, alimentando la ilusión de un posible triunfo.
Al rato, desde Junín anunciaban gol de Tigre, y por eso, Argentinos lo fue a buscar. No obstante, todo se desmoronó en un minuto: Cristian Ledesma llegó a destiempo en una acción de mitad de cancha, e infantilmente, vio la segunda amarilla, por lo tanto, fue expulsado del partido. En ese momento, Argentinos aguantó lo más que pudo las embestidas del rival. Hasta que en una contra comandada por Batallini después de un despeje, Maxi Velázquez lo bajó con una durísima infracción, lo cual le valió la tarjeta roja.
Ambos conjuntos quedaron con diez hombres, y en ese momento, el partido se planchó. Ninguno quiso arriesgar más de la cuenta, y Argentinos, pese a que lo buscó tímidamente, terminó aferrándose al empate, resultado que no lo hacía descender. Mientras tanto, Temperley obtenía su victoria de local y se salvaba. Pero Sarmiento, increíblemente, cayó de local ante el "Matador" y ahora habrá un mano a mano entre el equipo de Caruso Lombardi con el de Sanzotti.
Las cartas están echadas. Argentinos ya no depende de sí mismo y deberá jugar en Santa Fe ante Atlético de Rafaela, un reducto que para los de La Paternal siempre fue complicado. Se sabe que no estará el "Lobo" Ledesma, y habrá que ver la evolución de Batallini y Bueno de sus respectivos golpes. Lo positivo será la vuelta de Esteban Rolón a la mitad de la cancha, pieza fundamental en el esquema. Argentinos vivió, murió, y resucitó. Todo en una tarde. Ahora, a vencer en Rafaela, y rezar que el "Verde" de Junín no gane en Bahía Blanca. Se puede. Seguimos vivos.