Fue un mal partido en líneas generales. Lo más flojo sin dudas estuvo en la forma de defender, implicando no sólo a los tres centrales, sino también a los cuatro de la mitad de la cancha. Claro que a la hora de analizar uno piensa más en la primera mitad del partido, puesto que tras el complemento -y muchísimo más después del cuarto gol- llegar al minuto 90 para terminar el partido fue una mera formalidad.

Como para resumirlo en un par de líneas: Ojeda poco pudo hacer en las situaciones que generó el local, Ábila volvió locos a los defensores. El doble cinco pudo dominar la mitad de la cancha muy pocas veces, los carrileros no pesaron con sus desbordes y los tres de arriba casi que ni patearon al arco. Con todo eso y la gran noche del delantero Quemero se explicó la goleada, que deberá pasar rápidamente al olvido, para retomar cuanto antes la senda de las buenas actuaciones que deriven en buenos resultados.