Después del buen arranque que había tenido Argentinos en el campeonato, las dos derrotas en fila no podían tirar por la borda toda la ilusión que había generado el equipo de Heinze en las primeras fechas. Y la realidad es que, lejos de eso, perder dos veces seguidas solo hizo que el equipo se despertara y, en los siguientes 180 minutos, mostrara de las mejores cosas del repertorio de este Argentinos versión Heinze.

Como en Floresta, lo mejor de la noche de lunes se vio en los primeros 30 minutos, donde el Bicho arrolló a un Ferro que nunca logró acomodarse. Heinze, que volvió a apostar por la línea de 3, había sorprendido con seis cambios para recibir al Verdolaga, y vaya si acertó el DT que a los 20 del primer tiempo ya lo ganaba el Bicho 2-0 con goles de dos de los ingresados para este partido. El primero fue del debutante Esteban Rueda, que aprovechó una jugada donde el fondo se mostró muy dubitativo y de cachetada la mandó a guardar para gritar por primera vez en la Primera de Argentinos, con solo nueve minutos disputados.

Diez más tarde, el que apareció fue Francisco Fydriszewski para ampliar la ventaja. El Polaco apareció libre de marca tras un tiro libre y con la cabeza la puso junto a un palo y marcar el segundo. El marcador era fiel reflejo de lo que pasaba en la cancha: Argentinos tenía superioridad numérica en todos los sectores del campo, dominaba la pelota y merodeaba el área rival. Aunque de a poco fue bajando el ritmo y dejó crecer a la visita. El inicio del complemento fue un poco más parejo y un cabezazo de Salmerón puso en partido a Ferro, que poco había hecho para descontar.

Y hete aquí otra de las virtudes de este equipo, que además de mantener el alto nivel y la contundencia a pesar de los cambios de nombre, cuando recibió el gol del descuento, nunca se achicó ni dejó crecer a Ferro para darle siquiera una chance de que se llevara un punto a Caballito. A pesar del gol en contra, Argentinos siguió jugando igual, continuó dominando gran parte de las acciones y tuvo varias situaciones como para sentenciar el resultado, algo que recién sucedió a los 34, cuando Romero, que había tenido varias sin acertar en la definición, dejó tirado al arquero y definió la historia.

Triunfazo, por resultado, rival y nivel de juego, para seguir acercándose a la punta pero también para sumar confianza y convencer de que la cosa va por el camino correcto. La idea de juego está clara y da resultados, Argentinos demostró una vez más que tiene con qué pensar en volver rápido a donde debería estar.