Parece que se abrió el arco en La Paternal. Hace una semana con Independiente Rivadavia de Mendoza, hoy con Santamarina de Tandil. La sinfonía que conduce Heinze cada vez suena mejor y demuestra que las casualidades no existen. Argentinos es, sin dudas, el mejor equipo del campeonato. Y no solo por la calidad de sus jugadores, sino porque su funcionamiento, por momentos, roza la perfección. Y cuando las cosas no le salen, intenta hasta que el objetivo se cumpla. Equipo terco dirían algunos.

La tarde noche de Tandil encontraba a dos polos opuestos: el puntero, y el último. En el fútbol no hay lógicas, pero claramente el "Bicho" se dedicó a que se cumpla. El encuentro arrancó y la primera alegría no tardaría en llegar: a los siete minutos, una gran jugada colectiva culminó en el gol del uruguayo Javier Cabrera tras un enorme pase del "Polaco" Fydriszweski. El "Bicho" no detuvo la marcha y siguió atacando. Como le suele suceder, por momentos fallaba en los últimos metros, pero siempre estuvo tranquilo a la hora de defender y no pasó zozobras. 

La segunda mitad fue un calco. Argentinos parado en campo rival, atacando por las bandas y siempre manteniendo la pelota en sus pies. A los 8 del complemento, una brillante asistencia de Romero dejó mano a mano a Barboza que definió fuerte al palo izquierdo de Joaquín Papaleo. A esa altura, el encuentro ya estaba prácticamente liquidado.

Sobre el final, solo habría tiempo para un regreso soñado. Damián Batallini volvió después de una pubalgia que lo marginó de todo el torneo y tuvo su premio: Colman remató a quemarropa, Papeleo dio rebote, y allí apareció el número de 18 para liquidar el pleito.

Fue final en la noche de Tandil. El "Bicho" sigue a paso firme con su idea de ascender, mientras que el "aurinegro" se hunde en el fondo de la tabla. El martes, el equipo de Heinze choca contra Flandria en La Paternal, y será una nueva previa ante un rival que será nuevo en todo sentido para Argentinos.