Pasión Paternal

Un empate que corta la racha, pero que preocupa


02 de diciembre de 2017

Pablo Cabrales - @pablitocabrales

Argentinos igualó 2-2 con Temperley en el Estadio Diego Armando Maradona por la fecha 11 de la Superliga. Juan Sánchez Sotelo abría la cuenta a los 19 minutos con un golazo casi de mitad de cancha luego de ver a Cháves adelantado en la medialuna de área. En la segunda mitad, Leonardo Pisculichi empató el partido con un enorme tiro libre y Nicolás González puso en ventaja a los de Berti tras capturar un rebote del arquero Ayala. Sin embargo, a falta de cinco minutos, una nueva desatención el fondo derivó en el empate del "Gasolero" a través de Rodrigo De Ciancio. Otro tren que el "Bicho" no aprovecha, otro rival que fue dominado por tenencia, pero también otro partido sin ganar. Contra Banfield es la final del mundo. ¿Por qué? Porque hay margen y hay tiempo, sí, pero lo que peor podemos hacer es esperar hasta tener la soga al cuello para levantar. Reaccionemos ya y ahora.

Era la tarde ideal para terminar con la racha de derrotas. Derrotas que algunos piensan fueron injustas, otros acusan a la mala suerte, otros piensan que sí lo merecíamos, y algunos pocos, como yo, que piensan que es el resultado de un equipo todavía inmaduro y en formación. La inestabilidad de Argentinos en estos primeros seis meses fue alarmante. Porque ha perdido partidos injustamente, y porque también ha ganado otros de manera fortuita. La regularidad es, sin duda, el punto a mejorar para el próximo año.

Pero volviendo al partido, el "Bicho" recibía al "Gasolero" con un solo objetivo: GANAR. Rival directo y en casa. No había mejor panorama que ése. De movida, Argentinos impuso su juego e intentó desplegar su fútbol por el costado de Javier Cabrera, que como ya lo dijimos, está pasando un momento malo, pero siempre es opción de ataque. El uruguayo tuvo una en el inicio para abrir el marcador, pero Josue Ayala, en dos tiempos, logró contener. 

A los 19 minutos, siendo Argentinos un poco más solo por su ímpetu, casi sin desearlo y sin generar una jugada Temperley llegaría al gol. Sánchez Sotelo recibió una pelota cruzando la mitad de la cancha, y sin mirar apuntó hacia al arco. Para nuestra desgracia, Cháves estaba adelantado muy cerca de la medialuna, y el remate fue tan potente y tan preciso que el "12" del "Bicho" nada pudo hacer. 0-1, caras largas, nerviosismo, impaciencia y errores infantiles. Y por si fuera poco, Mauro Quiroga, que hoy hizo su primera presentación como titular, abandonó el campo por un golpe en el tobillo. En su lugar ingresó Sebastián Riquelme, que no jugaba desde su debut en 2016 frente a Unión en Santa Fe. 

En el entretiempo, Alfredo Berti sacó a Machín y mando a "Piscu" al campo. Argentinos, en realidad, no necesitaba tener la pelota, sino que entre algo de lo que generábamos. Porque Temperley, alevosamente, ya se la regalaba. Tomá, hace lo que quieras. Y con Leo en cancha, el fútbol de Argentinos creció. No en demasía, pero sí se notaba otro cambió de química entre los volantes y los delanteros. Vale agregar que el ingreso de Barboza también fue positivo. Entre él y Piscu, pudieron generar varios toques interesantes que desacomodó el planteo defensivo que propuso el "Gato" Esmerado. Llegando a los quince minutos, Pisculichi se hizo cargo de un tiro libre cerca del área. Miró a Ayala, se tomó su tiempo, y una vez que eligió donde la iba a poner, ya nada había para hacer. Zurdazo al palo del arquero y pardas en La Paternal. 

El viento, ahora sí, parecía soplar a nuestro favor. Además, Gonzalo Escobar se iba expulsado y el "Bicho" contaba con un jugador más. Ocho minutos más tarde, Cabrera sacudió de lejos, Ayala no pudo controlar, y allí estaba uno de los goleadores del torneo. Nicolás González capturó el rebote y no perdonó. Fiesta en La Paternal.

Cuando todo parecía estar cerrado, había que recordar que este equipo tiene muchísimos problemas de concepto a la hora de defender. Porque si halagamos el esfuerzo, la tenencia y la actitud, también debemos decir que tiene un sin fin de defectos en lugares sensibles. A falta de cinco minutos, un mal rechace de Cháves hizo que Temperley se adueñe de la pelota por la derecha, lanzaron un centro y Di Ciancio fusiló a Lucas Cháves. Baldazo de agua congelada. Si tienen la suerte de ver la repetición, verán lo mal que se marcó, a punto tal de que Sandoval estaba intentando cubrir a dos jugadores al mismo tiempo. Error fatal e imperdonable. 

Finalmente, no quedaría tiempo para más. Un empate triste, que corta una racha de derrotas, pero que deja muchas inquietudes sobre un equipo con talento, pero todavìa sin madurez. Sacrificiado en todas sus lìneas, pero con poca reacción en la marca.

Podemos dar mejores pases que el rival, tener más la pelota y generar más situaciones. Pero eso es solo una parte del fútbol. El fútbol es mucho más. Es malicia, es defensa, es carácter y es liderazgo. Pequeñas grandes cosas que debemos mejorar para no sufrir.

Momento para que Berti pare la pelota y analice lo que está haciendo mal. A esta altura, es inentendible que Pisculichi y Barboza arranquen el juego mirando desde afuera. Es inaceptable que Colman, por lo menos, no vaya al banco.

Con Banfield no hay otra opción que ganar. Hay que cerrar el año con un triunfo y alejarnos de la zona de abajo. No hace falta llegar al coma para salir como loco a buscar resultados. El cambio empieza ahora mismo. Empieza entrenando al otro día del partido. Trabajando por horas la pelota parada y la transición defensiva. El cambio es necesario YA, porque sino, no aprendimos nada. Y la realidad es que sí aprendimos. Solo hay que llevarlo a cabo de una vez por todas. Y si él no puede, vendrá otro. Pero desaprovechar un talento como este, nos podría costar muy caro. Y yo, otro descenso no soporto. Nos leemos en el Sur.

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