Molesta pero no preocupa
01 de abril de 2019
Argentinos volvió a jugar un partido bárbaro pero la suerte le jugó en contra y perdió por 2-0 ante Rosario Central, un rival directo en los promedios del torneo entrante. El resultado no se correspondió con absolutamente nada: ni con el transcurso del juego, ni el clima festivo en la tarde soleada de domingo en Paternal. Una derrota que molesta pero no preocupa: la ilusión intacta de cara al jueves.

¿Hace cuánto no nos íbamos del Diego Armando Maradona tan tranquilos después de una derrota? Ayer fue uno de esos –tan lejanos- días en que una derrota no despierta alarmas en Paternal. Sin la presión de pelear por la permanencia y con una respuesta altamente satisfactoria por parte del equipo, el resultado dolió mucho menos. Lo fundamental es que Argentinos dejó una imagen sumamente positiva y, sobre todo, esperanzadora, de cara al tan significativo compromiso del jueves por Copa Sudamericana.
Bichos y Canallas protagonizaron una primera mitad de alta intensidad. Con el equipo visitante proponiendo el mano a mano en todas las líneas, cualquier error o cualquier acierto marcaba la diferencia, por lo que el ritmo se volvió de ida y vuelta y las oportunidades no tardaron en llegar. Primero avisó Hauche con un tiro alto y después Ledesma le tapó un mano a mano a Spinelli, cuyo rebote Batallini malogró. Sin embargo, la defensa de Argentinos venía avisando cuáles podían ser las consecuencias de seguir con el frenético palo a palo. Y a los 16’ del arranque, se rompió la fuente. Parot dejó en el camino a Sandoval y Batallini y encontró en el área con un centro al colorado Gil, que, habiendo escapado de la marca de Gómez, remató de zurda al fondo de la red.
A partir de entonces, Argentinos se volvió amo y señor del partido. Asociándose por el medio, abriendo para los costados y hasta con la pegada de Mac Allister desde la pelota parada. Argentinos empezó a desarmar la telaraña que proponía el equipo de Cocca en la línea del mediocampo y le llegó por todos lados. Un taco de Spinelli para Batallini, una pelota cruzada que Mac Allister deja pasar y el tiro de Hauche de primera. Muy débil. Cabezazo de Quintana al lado del palo izquierdo de Ledesma. Apenas ancho.
En la conferencia de prensa pospartido, Dabove sólo le encontró una respuesta a la caída (además de la propia falta de efectividad): “metieron los goles en los momentos justos”. A los 16’ en el primer tiempo, cuando el partido estaba para cualquiera y a los 9’ del segundo tiempo, cuando recién comenzaba el complemento. Un centro de Gil llovido al segundo palo encontró a Parot por detrás de Gómez y a espaldas de Cháves. El chileno cabeceó en el área chica y sentenció el 2-0.
Argentinos no bajó los brazos. Desde el segundo gol hasta el minuto final, Central abandonó el mano a mano y se resguardó cerca de Ledesma, dedicándose únicamente a resistir y hacer pasar el tiempo. Elías Gómez, Moyano, Mac Allister, Batallini, Hauche y Spinelli, todos tuvieron sus oportunidades de gol, cada una más clara y más increíble que la anterior. Pero cuando el arco está cerrado, no se puede hacer mucho más.
El resultado no se corresponde con algunas de las estadísticas más importantes del partido.
Argentinos Juniors | Rosario Central | |
Posesión | 61 | 39 |
Tiros (al arco) | 26 (7) | 9 (3) |
Córners | 11 | 2 |
Atajadas | 1 | 7 |
A pesar de la derrota, la ilusión sigue intacta de cara al jueves. Por el carácter con el que respondió el equipo, por la intensidad con la que fue a buscarlo y por la capacidad de lastimar que mostraron las armas ofensivas. Una derrota que molesta, pero no preocupa. Este es el camino.